USO PROGRESIVO DE LA FUERZA POLICIAL(I)

(NOTA: Este artículo fue publicado originalmente en el diario venezolano ÚLTIMAS NOTICIAS, como parte de la columna semanal del autor, denominada SEGURIDAD POR LA IZQUIERDA)

¿Cómo debe actuar un policía al momento de encontrarse con un ciudadano? ¿Cómo saber si el policía actúa de manera correcta? Los policías están entrenados para atender o enfrentar situaciones de manera que en la medida que el ciudadano o ciudadana incremente o disminuya su agresividad así deberá ser la actitud del funcionario o funcionaria de policía. A esto se le llama uso progresivo y diferenciado de la fuerza policial.
Es importante aclarar qué se entiende por “fuerza”, ya que la palabra tiene diversos significados según el contexto en que se utilice. Puede significar vigor, energía, acción de contacto físico o inclusive puede entenderse como violencia. Una definición apropiada de lo que se entiende por fuerza policial la podemos sintetizar diciendo que es el medio a través del cual la policía logra el control de una situación que atenta contra la seguridad, el orden público, la integridad o la vida de las personas dentro del marco de la ley y del respeto a los derechos humanos.

El uso progresivo y diferenciado de la fuerza se concreta en un conjunto de técnicas que usan los cuerpos de seguridad para que los funcionarios y funcionarias que actúan en un procedimiento hagan un uso adecuado o proporcionado de sus elementos de trabajo: bastón policial, esposas, armamento, entre otros. Pero al mismo tiempo el uso progresivo de la fuerza es determinante para controlar a cualquier ciudadano o ciudadana que actúa con violencia durante los procedimientos.
El empleo de esta herramienta policial debe cumplir una serie de patrones que van desde la observación y presencia policial hasta el uso de armas que puedan causar daño (letales o no letales). En primer lugar al llegar al lugar de los hechos el funcionario policial debe observar la situación para tomar una actitud inicial de acuerdo a lo que esté ocurriendo. Una vez que el policía se apróxime a los ciudadanos y ciudadanas su presencia debería lograr disminuir las tensiones existentes pues en una sociedad donde se reconozca y respete la autoridad al llegar a un sitio algunas actitudes negativas deben ser depuestas. Este el primer nivel.
Acto seguido si la actitud es pacífica se inicia un diálogo que permite controlar la situación sin mayores inconvenientes y llegar de esta manera a una solución consensuada del problema. Un segundo nivel empieza cuando el o los ciudadanos involucrados no acceden al diálogo y por el contrario toman una actitud hostil en la que el despliegue policial es necesario como forma intimidatoria que logre terminar con la actitud agresiva. Si llegado a este punto la actitud agresiva continua o el ciudadano pasa de una agresión verbal a una más directa o corporal el funcionario puede aplicar métodos suaves para controlar que consisten en llaves de sometimiento y conducción que tienen como finalidad reducir o minimizar la agresión. Si la actitud agresiva continua, el policía puede pasar al siguiente nivel que implica el empleo de técnicas duras de control físico que pueden traer como consecuencia lesiones para el ciudadano al tener que realizar movimientos de reacción ante la agresión.

El siguiente nivel depende de si el ciudadano porta un arma de fuego, lo que le permite al efectivo policial igualmente usar su arma de reglamento pero evitando siempre cometer excesos en caso de utilizarla. El método debe ser siempre equivalente al usado por el contrario.
Es importante saber que el uso de todas estas técnicas va a depender de la actitud del ciudadano. No es de ninguna manera discrecional para el policía pasar al siguiente nivel. Un policía bien entrenado está preparado para definir el momento de pasar de un nivel a otro. También es importante saber que no se trata de un esquema rígido sino que se supone que al cambiar la actitud agresiva del ciudadano la del policía también debe cambiar.

La actitud del ciudadano es también una herramienta para controlar la conducta del policía. Y es una herramienta para sostener una mejor relación entre la policía y la comunidad siempre y cuando esta se establezca bajo signos de respeto. Los funcionarios están en la obligación de brindar una buena atención a los ciudadanos y al mismo tiempo los ciudadanos deben respetar y seguir las correctas indicaciones que los policías hagan.