POLICÍAS PARA EL SOCIALISMO

(NOTA: Este artículo fue publicado originalmente en el diario venezolano ÚLTIMAS NOTICIAS, como parte de la columna semanal del autor, denominada SEGURIDAD POR LA IZQUIERDA)

Estamos en Venezuela ante el desafío de construir un modelo socialista propio, innovador, que no repita los vicios y degeneraciones de otras experiencias históricas. Más allá de las diferencias político partidistas que puedan existir, ésta puede ser la posibilidad de repensarnos la estructura de la sociedad y de sus instituciones desde esquemas axiológicos donde prevalezcan la inclusión, la justicia, la solidaridad, la honestidad, la responsabilidad, la valoración por el trabajo, el compromiso, el respeto a los derechos humanos, entre otros valores que están recogidos en nuestra Constitución y en muchos acuerdos o documentos de derechos humanos que Venezuela ha ratificado soberanamente.
Pero un modelo de sociedad permeada por valores éticos universales (aunque acá lleven el apellido de socialistas) debe contar con instituciones igualmente impregnadas por esos valores socialistas. Y allí nos encontramos frente a una primera tarea en el campo de la seguridad ciudadana sin la cual todo lo demás pierde sentido: incorporar efectivamente esos valores a la vida y la cultura policial.
Para nadie es un secreto el estado en que se encuentran nuestros cuerpos policiales en Venezuela, no sólo por las problemáticas históricas de inversión, dotación de equipos y condiciones laborales del funcionario y la funcionaria, sino principalmente por la concepción desde la cual se ha construido toda una cultura policial represiva, alejada de la vida de las comunidades, militarista al 100%, impregnada de corrupción, malas prácticas, falta de sentido de la función pública, desconocimiento casi absoluto del marco de derechos humanos que deben proteger y fomentar dichas instituciones, entre otras cosas.
La CONAREPOL abrió una ventana para que llegue luz al tema policial en nuestro país. Pudiéramos decir, sin temor a exagerar ni equivocarnos, que la experiencia de construcción del modelo policial adelantado por dicha comisión ha sido un ejemplo de participación protagónica y de capacidad de abrirse a todos los actores sociales sin distingo alguno para pensarnos los grandes problemas que nos afectan. La consulta nacional para construir el modelo policial nos ha dejado muchas enseñanzas y un diagnóstico sumamente rico para entender la problemática policial y desde allí construir una propuesta acorde con las necesidades, intereses y anhelos de la sociedad venezolana.
Por ello la labor que se avecina no es fácil. Porque hay que empezar por repensar y reconstituir toda la formación policial de pies a cabeza: elaborar un nuevo currículum para la formación de policías; darle fuerza específica al tema de los derechos humanos en esa formación; desmontar desde la educación los mitos que contraponen respeto a los DD.HH. con combate a la delincuencia; hacer del estudio una condición irrenunciable en la vida policial; profesionalizar la formación de todos los y las policías a través de la creación de un centro de estudios superiores de carácter nacional que cumpla con esa función; identificar a las y los profesores más idóneos para que asuman la conducción y la formación de las nuevas generaciones policiales; hacer de la educación en valores el pilar en el perfil del nuevo o la nueva policía.
El diagnóstico está claro y la ruta a seguir está delineada. Ahora toca construir esa policía que responda al ideal del socialismo del siglo XXI que hemos perfilado. ¡A trabajar se ha dicho!

Pablo Fernández Blanco
pablo_efb@yahoo.com