INTELIGENCIA SÍ, VIOLENCIA NO (II)

(NOTA: Este artículo fue publicado originalmente en el diario venezolano ÚLTIMAS NOTICIAS, como parte de la columna semanal del autor, denominada SEGURIDAD POR LA IZQUIERDA)

Pablo Fernández Blanco

Ya hemos dicho que la complejidad delictiva responde a múltiples causas y factores. Sin embargo, para el ciudadano común que padece los efectos del delito, las formas de respuesta que manifieste el Estado para enfrentar dicho fenómeno, su experiencia personal ante el delito y la percepción del tema generada o inducida (mediáticamente sobre todo) determinarán su visión y su proceder en muchos casos. Una expresión deplorable de esa reacción, cuando los niveles de tolerancia social son desbordados, la constituyen los linchamientos.

Se define como linchamiento a la acción colectiva de carácter privado e ilegal, que ejerce castigo físico sobre la víctima hasta el punto de poder provocar su muerte, en respuesta a actos o conductas de ésta, quien se halla en inferioridad numérica abrumadora frente a los linchadores (Vilas 2001).

El linchamiento convierte a las víctimas en victimarios, sumergidos en una masa homicida que rompe los códigos de convivencia establecidos social y legalmente, actuando por ende al margen de toda legitimidad ética y jurídica. Cualquier justificativo al respecto choca contra los principios más elementales de respeto a la vida y degenera a sus autores, pues los convierte en aquello que con su acción violenta de masas pretenden castigar: los convierte en delincuentes.

El linchamiento como tal no es una figura tipificada en nuestra legislación penal dentro de la categoría “homicidio”, aunque hay figuras conexas que se aplican como el delito de agavillamiento (varias personas concurrentes en el hecho) y la figura de la complicidad correspectiva.

El fenómeno del linchamiento tiene, lamentablemente, presencia en diversos países de la región y del mundo, como expresión de una carencia en los mecanismos para dar respuestas eficaces en materia de administración de justicia. Seguiremos profundizando el tema.